Una situación extraordinariamente compleja es la que está viviendo Perú por estos días y que es producto -en gran medida- de la descomposición del sistema de partidos políticos. Las pugnas, las facciones y un elemento adicional, la corrupción, han sido la mezcla perfecta de este cóctel de malas prácticas que tienen a la nación vecina sumida en una crisis por varios años.