Toneladas de ropa nueva y usada que alguna vez abarrotaron las vitrinas del primer mundo, terminan sus días aquí: contaminando las arenas de Alto Hospicio. Un joven británico ha logrado convertir esta basura en arte y mostrar una forma distinta de abordar el tema de los desechos textiles; hace algunos días estuvo de visita en nuestra ciudad, con motivo del festival Desierto Sonoro.