Después de la batalla, todos son generales, dice el eslogan. Y en el caso de los incendios que han asolado a la ciudad, los generales suelen ser los arquitectos. Se habla, se propone, se establecen comisiones. Para que nunca más, se dice. Pero, a la vuelta de la esquina, otro incendio nos vuelve a recordar que la ciudad es frágil y que el patrimonio sigue en peligro.