Aunque la mayoría de los pescadores artesanales se alegró tras el fallo de la Corte Suprema que puso fin a lo que llamó el “privilegio” que tenía la pesca industrial de perforar las cinco millas marinas en el norte de nuestro país y que fue conocido hace un par de semanas, el mar sigue encabritado en el sector. A la reacción de las grandes empresas pesqueras, que -a través de un inserto en la prensa- hicieron ver su disconformidad con el fallo, se suma otro factor: la fabricación de pequeñas naves que pueden -legalmente- pescar dentro de las cinco millas exclusivas y después traspasar sus peces a la industria.

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