Dolidos, amargados y tristes estaban los venezolanos que debieron abandonar el país este miércoles en la mañana, la mayoría de ellos sin hallar justificación alguna a esta deportación. Mientras, 48 horas antes, la ilusión y la esperanza era lo que reinaba en las personas que eran embarcadas en Colchane rumbo a Iquique, retomando una aventura de difícil pronóstico.

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