La preocupación de vecinos por la protección de la arquitectura distintiva de Iquique, no ha sido argumento suficiente para que algunas viviendas muy tradicionales o históricas para la comunidad, puedan ser conservadas como tales.

Es el caso de la casona de O’Higgins y Aníbal Pinto, de la que queda sólo su frontis, porque ha sido desarmada para convertirse en una automotora. La normativa patrimonial de calle Baquedano, no abarca protección suficiente.

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