La suspensión de los fuegos artificiales para recibir el año nuevo, acordada por el consejo municipal el jueves pasado, plantea algunas exigencias nuevas a los locales del borde costero, que ofrecían cenas u otras atenciones especiales, vinculadas al espectáculo del borde costero, identificado como producto turístico de atracción. Algunos personeros indican que se afectará la actividad de la noche de año nuevo.

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