Fue sin duda, un día distinto. Con personajes tan disímiles como un corpóreo de la boya histórica, un descendiente directo del almirante Miguel Grau y decenas de niños y niñas vestidas con su gorro marinero, en las inmediaciones de la plaza 21 de mayo. La seguridad extrema, debido a la presencia del presidente de la República, provocó la frustración de muchos iquiqueños que pretendían presenciar -después de la pandemia- el tradicional desfile en honor a los héroes de Iquique.