Se imagina que todos los habitantes de nuestra ciudad tuviéramos acceso a los servicios básicos, tales como trabajo, salud, compras, cultura y ocio a menos de quince minutos de la casa. Y que para desplazarse no fuera necesario utilizar nada más que una bicicleta. En Europa, hay varias ciudades que se lo han planteado y que, a propósito de la pandemia, lo están llevando a cabo.